domingo, 4 de enero de 2015

PEDIDO DE UN NIÑO INDIGENTE AL SEÑOR


Un indigente habla con el Señor y le dice:
- Hoy quisiera hacerte un pedido Señor, es algo muy significante para mí y sé que me lo podrás conceder, pues tú quieres mucho a tus Hijos.
Siguió hablando  con el Señor y le dijo:
- Dios, te ruego que por favor me conviertas en perrito. Quisiera dejar de ser niño para pasar a ser como esos bonitos animales, pero por favor, que no sea como un perrito vagabundo, sino como uno con dueño.
Es que vi pasear a un hombre con un perrito. Era un cachorro muy bonito, con ojos azules como el cielo, y mirada que llegaba al infinito. Parecía un perro feliz, yo no lo soy.
Continuó hablando y le explicó el por qué de su pedido:
- Te extrañará mi pedido, Señor, pero yo tengo el corazón triste de escuchar gritos al llegar a mi casa con los bolsillos vacíos. Nací pidiendo limosnas ya hiciera calor o frío, mientras que en una casita cómoda vivía el perro del hombre que vi. A él lo sacan a pasear todos los días y le compran comida. Yo ni para eso tengo. A este perrito, lo bañan y lo perfuman, siempre está limpio, ¡ y si vieras las caricias  que recibe! Yo lo miro... y sí, Señor, perdóname, lo envidio; yo jamás en la vida he recibido tanto cariño ni tengo las cosas más elementales como él. Pues, cuando vuelvo a mi casa, tarde y sin nada, me tratan como a un delincuente y me dicen que ni para pedir sirvo.
Por eso, tú que todo lo puedes, Señor, conviérteme en un perrito.

viernes, 2 de enero de 2015

COMIENZA CON NUEVOS PROPÓSITOS EL AÑO

Unos ángeles curiosos se sientan al borde de las nubes. Allí escuchan los pedidos que llegan desde la tierra.
Pregunta un ángel pelirrojo, recién llegado.
- ¿Qué hay de nuevo?
Le contesta el ángel más mayor:
- Lo de siempre: amor, paz, salud, felicidad... y dice:
Bueno... todas esas son cosas muy importantes. Lo que pasa es que hace siglos que estoy escuchando los mismos pedidos y aunque el tiempo pasa los hombres no parecen comprender que esas cosas nunca van a llegar desde el cielo, así como si nada, como un regalo, como si no costara tiempo o esfuerzo.
A lo que el más joven de los ángeles contesta:
- ¿Y qué podríamos hacer para ayudarlos?
Y le pregunta el más mayor:
- ¿Te animarías a bajar con un mensaje y susurrarlo al oído de los que quieran escucharlo?
Tras una larga conversación se pusieron de acuerdo y el ángel pelirrojo se deslizó a la tierra convertido en susurro y trabajó duramente durante todo el día, hasta los últimos minutos del último día del año.
Ya faltaba poquísimo para escuchar las doce campanadas y el ángel mayor esperaba ansioso la llegada de una plegaria renovada. Entonces, luminosa y clara, pudo oír la palabra de un hombre que decía:
"Un nuevo año comienza. Entonces, ¿por qué no empezamos a recrear un mundo distinto, un mundo mejor:
sin violencia, sin armas, sin fronteras, con amor, con dignidad; con menos policías y más maestros, con menos cárceles y más escuelas, con menos ricos y menos pobres?
Unamos nuestras manos y formemos una cadena humana de niños, jóvenes y mayores, hasta sentir que un calor va pasando de un cuerpo a otro, el calor del amor, el calor que tanta falta nos hace.
Porque si queremos, podemos conseguirlo y porque nadie más que nosotros podrá construir nuestra propia felicidad.
Desde el momento en que escucharon las palabras de aquel hombre, allá en el cielo, dos ángeles cómplices sonreían satisfechos.
FELIZ ENTRADA DE AÑO A TOD@S!!