Benedicto XVI renuncia al Papado, pero no a la Iglesia.
La renuncia del Papa nos quiere decir que absolutamente todo está en manos de Dios, pues Dios nos da a cada uno una misión concreta y el Papa podría renunciar en el momento que ya no pudiera seguir ejerciendo su puesto, porque llamada y misión pertenecen a Dios.
Yo creo que Benedicto XVI con esto también nos enseña que la humanidad está en primer lugar y no la búsqueda del poder; nos enseña que cualquier cargo es un servicio para las personas y no un modo para controlarlas.
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