lunes, 25 de abril de 2022

Da cariño y amor, que nunca se sabe

Toda mi generación (tengo 28 años) tenemos el recuerdo de las mesas llenas de comida en casa de los abuelos/as. Fueran las fechas que fueran y siempre que íbamos a comer allí nunca faltaba que nos dijeran aquello de "tienes que comerlo todo" aunque fuera un garbanzo o una migaja de pan lo que dejaras en el plato o que te encontraras con primer plato, segundo plato, postre y algo de fruta solo para ti. No te levantabas de la mesa hasta haber acabado con todo y aún así, seguramente había veces en que te decían eso de: "¡No has comido nada!", aunque no pudieras más. Su preocupación era que no nos faltara un plato de comida sobre la mesa y que nos saciáramos bien, que no pasáramos el hambre que ellos pasaron en su época y que no sufriéramos las calamidades que ellos pasaron y las mismas con las que con fuerza, valentía y coraje sacaron a su familia adelante.

Abuelos/as, atesoradores de cariño, consejeros/as, consentidores/as y los mismos que nos daban alguna peseta o algún euro "de contrabando" diciéndote aquello de "que no se entere mamá/papá, tú guárdatelo bien..." como si de un delito se tratase. 

Ahora nuestra guerra es contra la pandemia. Si alguien nos hubiera contado esto antes que comenzara en 2019, hubiéramos creído que era una broma, que no podía ser cierto, pero demasiadas vidas se ha llevado, demasiadas familias sin poder despedirse de sus seres queridos, demasiadas horas y días sin poder abrazar, besar o tener contacto con familiares y amigos para protegerlos y protegernos... Sí, en muchos hogares, habrá asientos vacíos, pero creo en las señales. Creo en esas estrellas que a la hora de mirar al cielo, brillan más que nunca, que resplandecen. Creo en la luz que desprenden y en la magia de saber que aunque partieron siempre seguirán ocupando un lugar en nuestros corazones.

Ahora nuestra guerra es contra este virus que sigue acechando. Que quiere pasar de puntillas pero no lo consigue, sigue entre nosotros el muy puñetero.

Quizá cuando seamos mayores nuestra preocupación sea que jamás falte el cariño, una palabra de amor o de afecto a quienes queremos, permanecer siempre unidos y dedicar tiempo. Seguramente sea esto que ahora nos ha tocado vivir lo que contemos a nuestras futuras generaciones y finalmente, es lo más importante; la unión.

Nuestro mundo será diferente, lo sé. Ciertamente así es, pero debemos valorarnos y valorar el tiempo y cada momento vivido porque este es el mayor regalo y ya hemos podido comprobar que el mundo nos puede sorprender sin previo aviso. Por eso, en el día a día, cuídate, cuidémonos.


Cristi Alabarce

miércoles, 20 de abril de 2022

Pequeños-grandes instantes


Lo que quizá para una persona pueda parecer invisible, para otra, sea el mejor recuerdo.
Inmortaliza momentos.

sábado, 9 de abril de 2022

Afortunados somos


Las personas llegan a nuestra vida por diferentes razones y de cada una de ellas aprendemos y nos enseñan aún sin pretenderlo.

Hubo días en los que no lograba encontrarme, con el ánimo por el suelo y me han impulsado a continuar. Personas capaces de recomponerte y pintar un día gris de color. Esas que con sus palabras te ayudan a no caer. Las que están. Las que tratan de ayudarte y hacerte todo un poco más fácil. Las que te recuerdan tu valía y cuanto puedes ofrecer al mundo.

Gracias. Gracias por empujarme a seguir. Por los consejos y palabras que sanan y motivan. Por ser luz en la oscuridad. Por todo lo aprendido. Por ser, pero también, por estar.

Afortunados/as quienes tengan en su vida personas que son luz en el camino. Que te hacen brillar. Personas que son magia.

Existen, os lo aseguro.

                                                                                                                                        Cristi Alabarce