jueves, 30 de noviembre de 2023

A quienes comienzan este camino



El 3 de diciembre es el Día Internacional de la Discapacidad, por eso hoy decido hablar a quienes comienzan este camino. Quizá y pueda ser de ayuda a alguien.

Soy consciente que es un camino difícil, que las familias también pasamos por muchas fases con la llegada de un diagnóstico, que necesitamos de mucha ayuda, que aún existen muchas barreras... pero también conocemos de empatía, un mundo que hasta que no lo tenemos delante no nos detenemos a observar y que te muestra el cristal tal cual es, ese cristal te muestra otro cielo, otras estrellas, otra vida distinta a la que habías imaginado. 

Al principio, querrás creer que no será tu vida, te dolerá y llorarás pero te darás cuenta que ese espejo seguirá ahí delante de tí y que será el mismo en el que te verás el resto de tu vida, te transformará, habrá subidas y bajadas pero siempre te enfocarás en la resiliencia, en la persistencia y en caminar siempre de la mano unidos para luchar y un día sonreirás porque tuviste el reflejo más maravilloso.

UN POCO DE NUESTRA HISTORIA 


Somos una más de las tantas familias a las que tras la llegada de Raúl un 16 de abril de 2004, se nos dijeron miles de noes. 

No será capaz. No avanzará. No cuenten con él. No sobrevivirá. No, no, no...

Eran pocos los que apostaban por él. Pues, los latidos de su pequeño corazoncito se le hacían entrecortados por lo que tuvo que nacer antes de tiempo. Se trataba de un embarazo gemelar, pero Raulito fue el único que llegó a nacer. Fueron tres largos meses de incubadora.

Con Raúl todo era incierto ya que nació con falta de oxígeno, tuvo que ser operado con dos semanas del ductus arterioso y la bilirrubina en sangre llegó a extremos máximos. No le daban expectativas de vida. Eran casi nulas.

A los pocos días, nos dimos cuenta de un pequeño bultito en su cabeza. Se trataba de un herpes. 

Tuvieron que inyectarle una medicación para que todo estuviera bajo control. 

Todo parecía complicarse más aún, pero pasaban los días y los meses y los propios profesionales de la medicina no podían creerse como en un cuerpo tan pequeñito había tanta fortaleza. Nos decían que había sido "como un milagro". 

Todo lo anteriormente expuesto lo había superado y el herpes se controló.

Al mes, Raulito tuvo que ser operado de la vista por dos veces en Barcelona para intentar mejorar la retinopatía de la prematuridad que padecía. No pudo ser. Su mundo siempre fue entre luces y sombras, pero ahí estábamos nosotros; su familia, para allanarle el camino. 

A mí me separaban 11 años de él y quise ser su mirar mostrándole el mundo como yo lo veía y su voz, su pluma y su papel que plasmara ápices de su historia y no... no fue tarea fácil, yo todavía estaba en el cole y muchísimas veces tuvieron que llamar a casa. Mi mente estaba ida, no me concentraba, en mi mente aparecía a cada momento Raulito... hasta que hablaba a casa y me decían que todo estaba bien no lograba tranquilizarme. 

Otras veces, si él empeoraba, si de repente necesitaba ir al hospital y yo no estaba, llegaba mi sentimiento de culpa, de no haber estado ese tiempo con él... Necesité de psicólogos, de terapias grupales que para mí eran como un soplo de aire fresco, porque por supuesto, no contaba nada en casa por no preocupar más, pensaba que ya era suficiente...

Hoy puedo decir que si necesitáis ayuda... pedirla, buscarla... y seguro que todo mejorará.

Es tremendamente importante sentirse bien con uno mismo para poder ayudar.

Con Raulito la vida dio un giro radical. Las prioridades de mi familia y las mías propias cambiaron. Ahora era más importante tratar de hacerle feliz dándole la mejor calidad de vida que nos fuera posible. Antepones su vida a la tuya...

Nunca imaginamos ni imaginé que tendríamos que batallar fuertemente, que mis padres no podrían pasar tanto tiempo como hubieran querido con mi hermano ni conmigo y viceversa... Raúl necesitaba mucho más y para ello, tenían que desplazarse por lo que no fueron pocas las ocasiones en las que mi hermano y yo teníamos que quedarnos en casa de otros familiares.

A pesar de todo, siempre supe que el mejor arma para luchar sería el amor.

Nada era fácil, pero unidos y con amor todo se transita mejor. Por lo menos, así lo pienso yo.

A partir de ese momento, me marqué un firme propósito: ser de ayuda para Raulito y para quien me necesitara. Quien me conoce lo sabe.

Por otro lado, a mi hermano le separaban 15 años de él y era el encargado de llevarle al cole, a terapias...

Él parecía llevar la situación algo mejor pero también caía. Igualmente quisimos ser quienes levantaran a nuestros padres y al propio Raúl cuando todo se tornaba gris.

Había quienes nos decían que éramos otros superhéroes más y no, nunca nos consideramos como tal, simplemente sabíamos que teníamos que estar todos a una y continuar en la lucha de la mejor manera posible; levantándonos unos a otros.

El poder de la unión ayuda tanto aún habiendo tantos porqués de por medio... porqué Raulito tenía la mirada perdida, porqué se arqueaba, porqué cambiaba de humor constantemente, porqué igual lloraba que reía sin motivo aparente durante horas, porqué hacía movimientos bruscos con brazos y piernas, porqué podía pasarse días y noches sin dormir o durmiendo durante todo el día, porqué no podía mantenerse erguido, porqué a veces sus crisis epilépticas eran de hasta 80-100 casi diarias... Porqué su vida no podía ser como la de cualquier niño de su edad y porqué nosotros no podíamos hacer más de lo que ya hacíamos... Demasiados porqués...

Al principio, nos hablaban de una enfermedad rara pero no había nombre. A sus 3 años, llegó el diagnóstico; Síndrome de West. Tuvimos que aprender palabras que ni entendíamos ni sabíamos qué eran. Espasticidad, parálisis cerebral, tetraparesia, retraso madurativo y psicomotor, escoliosis... eran palabras que teníamos que pronunciar prácticamente día tras día.

A pesar de todo, y aunque la vida fuera una carrera contrarreloj constante, pudimos ver a Raulito dar unos pequeños pasos torpes con nuestra ayuda en una ocasión, pero comenzarían los problemas de caderas. Ni bidepestador, ni trona, ni andador... Tampoco pudo ser. En eso, a sus 5 años, el West derivó en Síndrome Lennox Gastaut. 

Con esta continuación de la enfermedad sus expectativas de vida tan solo eran hasta sus 15 años.

Raúl rompió esquemas y mejoró en temas de espasticidad, deglución... no sin esfuerzo y vivió 18 años.

No voy a negar que fue un camino duro y de rocas escarpadas, pero luchad, luchad siempre aunque no confíen, aunque se empeñen en mostraros la peor de las caras, porque nadie mejor que uno mismo sabe hasta donde es capaz de llegar y lo que puede lograr. Poniendo alma, corazón y ganas. Ganas de superarse. De mostrar de que pasta están hechos los grandes guerreros/as. Los que nunca se rinden. Los que con perseverancia, constancia y resiliencia también pueden conseguir grandes logros. Porque sí, no hay logro ni avance pequeño si sabes que has dado lo mejor de ti.


                                                      Cristi Alabarce 

jueves, 2 de noviembre de 2023

Como salvavidas

Cómo pagarte, seño... La vida a veces no es fácil. No se entiende. 

Me tocó hacer conscientes y partícipes a muchos de cómo se puede vivir, luchar y superarse por amor.

Batallar fuertemente.

Pelear aún temblando. Aún con miedos, pero lo más importante era un bienestar. 

Tener todo cuánto necesitaba mi hermano aunque hubiera inconvenientes.

Hice todo lo que pude hasta que llegó el adiós. El adiós definitivo. Ese que nunca imaginamos.

Llegué a sentirme perdida. Vagando sin saber dónde ir. Sin un rumbo fijo. Sin saber qué hacer. Sentí que todo había terminado para mí. Que no me quedaba más nada que hacer. La vida dejó de importar. Se había ido parte de mi vida.

Muchas personas me ayudaron, pero tú... tú llegaste en el momento justo. Contigo cambió TODO. A veces, solo son necesarias unas palabras y siempre logras encontrar las adecuadas. Simplemente sentir que no te dejarán caer puede ser todo.

Con ello, lograste cambiar mi perspectiva de la vida. Supe que podía seguir ayudando. Me volví a sentir importante... Volviste a llenar mi vida. Me devolviste a la vida. De alguna manera, me salvaste sin saberlo. 

Me has dado mucho más de lo que puedas imaginar.

¿Y a cambio de qué?

De cariño. 

Sin duda, eres el regalo más grande. 

jueves, 21 de septiembre de 2023

Por y para ti, abuela

Hace años que ya no recuerdas nuestros nombres, que ya no arrullas a los pequeños... Una vez más, la enfermedad entró casi de puntillas, casi sin darnos cuenta... ¿pero sabes qué?

Pienso que aunque tu memoria esté dormida, nosotros sí sabemos quién tú fuiste. Nosotros no hemos olvidado y yo puedo leértelo aunque tan solo sea a través de este escrito, aunque no comprendas qué trato de decirte... 

Eras esa mujer todoterreno. La que no paraba. La que se preocupaba porque no te quedara ni una migaja de pan y había primer plato, segundo plato y algo de postre solo para ti. Para la que nunca habíamos terminado de comer y hasta que no viera todo rebañado no te podías levantar de la mesa. La misma que no tuvo oportunidad de ir al colegio pero decías que no te quedarías con esa espinita y te apuntaste a la escuela de adultos. La que tenía la misma emoción que un niño en su primer día de colegio. La que cuando no entendía algo, venía hasta mí y me decía aquello de "Nena, ¿cómo se hacen estas cuentas? No me acuerdo". Siempre supe qué quería ser de mayor y sobre todo, que estaría ahí para tí. Para todos. Como tú hiciste. La que luego se apuntó a pintura, nos pintabas tejas y nos preguntabas a todos, ¿te gusta? 

Te respondíamos:

"Eres una artista" y sonreías.

La que también estuvo en baile y se pasaba el día bailando y cantando. La primera que se levantaba y la última que se acostaba. La enamorada de sus macetas. Apasionada de las plantas...

El Alzheimer se llevó muchas cosas, pero ahí sigues luchando y ojalá por mucho, mucho tiempo.

No es fácil pero prefiero quedarme con lo positivo y es que el corazón nunca olvida aunque los recuerdos estén perdidos, por eso te seguiré recordando las sonrisas que bordaste, el amor que desprendiste... 

Siempre.


Cristi Alabarce 

viernes, 28 de julio de 2023

Solo nosotros

Siempre has sido tú. 

Desde ese primer momento que nos vimos, cuando tus ojos se cruzaron con los míos... Ahí, ahí supe que no podría salir. 

Tu pecho junto al mío.

Tus caricias erizando mi piel. 

Tus palabras al oído resonando en mi mente. 

Tu aroma impregnado en mí. 

Tú encima mía, yo abajo pidiéndote seguir, nuestras respiraciones agitadas... Exhaustos estábamos.

Te amo. 

No quiero compromisos, lo sabes. No me gustan, pero hay algo que sí me gusta. 

Pasar tiempo contigo. 

Que me repitas una y otra vez que me amas.

Perderme entre tus brazos. 

Tu boca sobre mi boca. 

Bésame, aunque solo sea un sueño, pero bésame. 

Bésame una vez más. 

Hazme volar. 

Hazme sentir que solo somos tú y yo. 

sábado, 8 de julio de 2023

Personas mágicas

Hay personas luminosas. Personas con magia. Personas que aún desde la distancia las sientes bien cerca, lo juro.

Personas capaces de convertir un día gris en el más brillante. Que hacen que los miedos sean menos y te suman. Te suman momentos. Alegrías.

Personas que cuando sonríen, tú sonríes. Personas que están.

Simple. Pero a veces, todo. 

Personas a las que siempre tendrás mil motivos para agradecer.


Cristi Alabarce 





miércoles, 5 de julio de 2023

Enamórate


No unicamente podemos encontrar el amor en pareja.

El amor también se encuentra en esos padres que esperan tu llegada al anochecer. En esa persona que te tiende la mano en el camino. En la sonrisa de un niño. En la persona mayor que te recuerda historias. En el hermano que te sirve de apoyo. En ese pájaro que se posó en el alféizar de tu ventana para regalarte la más hermosa melodía. En el olor a hierba mojada. En la flor que cuidas y crece. En el vaivén de las olas. En esos amigos que siempre están. En ese café de la mañana. En esas charlas al aire libre. En esos momentos que recuerdas. En ti mismo...

Enamórate de pequeños instantes que llenarán tu vida.

                                                  

                                                          Cristi Alabarce




Etapa educativa tras etapa educativa

Comienzo en el segundo Ciclo de Educación Infantil el cole. No sin llorar. No sin querer separarme de las faldas de mi madre. Pronto pasa ese periodo de adaptación y me acostumbro. Nuevo ambiente. Nuevos amigos. Seños que siempre andaban detrás mía. Prefería jugar en el patio o simplemente que me encontraran. Solo me gustaba recortar y pegar, pero aquello de coser y enhebrar números y letras para desarrollar la motricidad fina y aprendiéramos a escribir no era lo mío. Cristi podía estar debajo del lavabo, columpiándose o en el arenero. ¡Pobres seños la de vueltas que les hice dar algún día! ¡Santa paciencia!

Esta ha sido la mejor etapa que he vivido, sin duda. Después la Uni. 

Infantil fue la mejor etapa porque existían los problemas, seguro, pero todavía no era consciente de cuánto me quedaba por vivir y no precisamente fácil. No sabía lo que me esperaría en la primaria.

Seis cursos... seis cursos para olvidar pero no se puede. Hay cosas que marcan, pero el perdón lo considero extremadamente importante. Hace que te sientas mejor contigo misma y con los demás.

Seis cursos en los que me sentí más sola que nunca. Seis cursos en los que me sentí desplazada. En los que sentía que no encajaba. Seis cursos de "tú no juegas en mi equipo", "tú no sirves para nada", "nunca hablas y siempre te vas con los "raritos", ¿qué te pasa?"... Por cierto, "raritos" era como algunos llamaban a los compañeros del aula específica. Les contestaba que igual alguno no podía hablar pero que entendían perfectamente. Otras veces, prefería ni hablar. Tenía miedo. Mucho.

Cristi creó su mundo. Mamá me quiso cambiar de colegio, pero siempre le decía que el colegio no tenía la culpa. Algo intuía ya ella. Pues, no fueron pocas las veces que le dije que no quería ir. Nunca me atreví a hablar, hasta que un día llegué a casa con la ropa desgarrada y algún golpe, mamá me preguntó qué había pasado y casi siempre mi respuesta era que me había caído. Un día no me creyó y tuve que decirle la verdad. Entonces, habló con la maestra y todo cambió un poco.

No sé qué puede pasar a veces por la cabeza de un niño para tanto desprecio, qué sería lo que estuvieran viviendo o el por qué de su actitud. Por eso, no soy nadie para juzgar. Eso se lo dejo a los jueces. 

Yo simplemente era una persona tímida a la que le costaba un mundo socializar. Era blanco fácil.

Repetí el último curso y menos mal que ahí ya eran otros compañeros. Ya ni siquiera necesitaba preguntar si podía jugar. Tan sencillo como eso. Me lo pedían. Pero ahora era yo quien no confiaba. Ni en mí ni en ellos. Creí todo lo que anteriormente me dijeron.

Se me pasaron mil cosas por mi cabeza. Tanto tiempo hace mella.

Considero que la educación emocional se debería de trabajar más así como la educación en valores.

Después, pasaría a la secundaria. Allí ya todo mejoraría. Llegué sin amigos. Sin nadie con quién yo sintiera que podía hablar. Me sentaba sola e incluso, a veces apartada del resto. No me sentía igual a mis compañeros. Cristi se sentía inferior. 

Llegaría Antonia, mi primera profe de inglés en esta etapa. Hablamos largo rato. Le comenté las vivencias que había tenido y me ayudó. Me ayudó a hacer amigos. Me ayudó para que socializar no me fuera tan difícil. Para que poco a poco fuera perdiendo el miedo.

Bachillerato... bachillerato simplemente pasa y consigo alguna nueva amistad.

Se le sucedería el Grado Superior de Fotografía que ni siquiera llegaría a terminar. Solo el primer año y teniendo varios suspensos. No me presenté a recuperaciones. 

De aquí, me quedaría con todas esas veces que nos paró la policía por la calle mientras íbamos con las cajas de zapatos para hacer fotografía estenopeica. ¡Cuántas veces nos hicieron abrir la caja! ¡Cuántas veces nuestro trabajo se fue al garete! ¡Cuántas veces dijimos que era para hacer una foto y después revelarla y no nos creyeron! 😂 Pero que vamos... cuando a mí me dijeron que podía hacer una foto con una caja de zapatos, también pensé que el profe estaba de cachondeo. Nunca lo imaginé. 

Luego, el Grado Superior de Educación Infantil Online.

Y, finalmente la Uni. Grado en Maestro en Educación Infantil. Universidad Europea Online. La Universidad que aunque escojas la modalidad online, los docentes traspasan pantallas y algunos también vidas; la misma que teniendo en cuenta todo lo anteriormente expuesto, me regaló la mejor seño del mundo; Seño Ghada.

En unos meses, comenzaremos nuevo curso y recuerdo que en una de las últimas clases, nos mostró un vídeo y dijo:

"Os voy a enseñar quién es para un niño Seño Ghada".

Yo diré quién es para un adulto y cuánto es que ha aportado a una vida como la mía.

Seño Ghada después de tanto tiempo sin creer en aquello que podía lograr, me devolvió un poquito de confianza y seguridad en mi misma.

Seño Ghada me hizo sentir que todos somos importantes.

Seño Ghada me llenó de vida. Me cambió la vida. Una vida que demasiadas veces pensé que ni sentido tenía.

Seño Ghada me salvó de internas guerras y cuida de su manada como nadie.

Seño Ghada ha sido luz, fuerza y motivación para seguir adelante.

Seño Ghada ha hecho que mi vida sea un poco más bonita pintando días grises de colores.

Seño Ghada tiene el poder de que nos olvidemos por unas horas del tiempo haciéndonos sonreír siempre y aún así, te dirá que habla mucho. Lo que no sabe es cuántas veces ayudaron sus palabras.

A veces, eso es lo único que necesitamos. Alguien que nos escuche y que esté ahí.

Seño Ghada ha sido capaz de que con su apoyo incondicional y su ayuda, descubriera en mí misma y sobre todo, personas como ella, con las que todo brilla sin importar distancias. 

Seño Ghada te ayudará en la consecución de tus sueños. 

Seño Ghada te abre las puertas de su corazón y te deja huella. De esas que llegan bien adentro.

Seño Ghada ha hecho del cariño el mejor lugar para vivir.

Seño Ghada es enorme. 


Cristi Alabarce 




Esta mini Cristi tenía 4 años.