martes, 25 de diciembre de 2012

Día de Navidad

Definir Navidad es fácil a la vez que complejo, porque demasiados sentimientos se vienen a la memoria a la definirla. La Navidad es fiesta, regalos, algarabía...; es la ternura del pasado, el valor del presente y la esperanza del futuro; la que hace que nos acordemos de las ilusiones de nuestra infancia y también les recuerde a los abuelos las alegrías de su juventud; con la Navidad vienen los recuerdos y las costumbres, porque cuando llega nos viene el mismo calor que sentíamos cuando aún eramos niños, el mismo calor que envuelve nuestro corazón y nuestro hogar..., no es un acontecimiento, sino una parte del hogar que uno siempre lleva consigo. Pero también para otros puede ser añoranza o soledad, porque siempre escuchamos gente que dice que no le gustan estas fechas. La Navidad también es rescate, una fecha muy distinta a las demás. Digo rescate, porque esta palabra está muy de moda últimamente, pero es otro tipo de rescate al que me refiero: rescatamos recuerdos, posibilidades y lo mejor que tenemos cada uno de nosotros; es la posibilidad de hacer cosas nuevas o empezar de nuevo.
Por eso, opino que no solo en este día, sino en todos, debemos tener presente a la Virgen María y a Jesús celebrando su Nacimiento, porque Él siempre nos ayuda en nuestro día a día. Tengámoslo siempre presente.  Además, cada día nace una nueva ilusión, recordando buenos momentos, como son esos ratos tan entrañables que pasamos en familia, con los que queremos y nunca nos dejarán; porque en todos los hogares debería estar presente esa felicidad que todos necesitamos.

viernes, 21 de diciembre de 2012

¿Y que importa que no toque?

Escribo esta entrada porque sé que mañana es El Gordo de Navidad y muchos estarán pegados desde bien temprano a la pantalla del televisor para saber si serán los agraciados. Y yo me pregunto: ¿ y que más da?
Para mí lo importante es que tengo unos amigos, familia, mis amigos blogueros y gente que quiero. Lo importante aquí no es el dinero, si vamos a tener una fortuna o no, sino que el mundo continua, que ante cualquier circunstancia no dejemos de ser nosotros mismos, y sobretodo conservar nuestras amistades, poder pasar una navidad en familia con los que más quieres y recordando a los que se fueron, porque el dinero no lo es todo. Debemos aprender a valorar lo que tenemos día a día y la vida misma, porque solo tenemos una y podemos guiarnos los caminos que deseemos en ella.
Eso es lo importante, que tenemos toda una vida por delante y que nosotros somos los que decidimos si queremos trazarnos por el buen camino o no.

martes, 27 de noviembre de 2012

Días de colegio

Con motivo del Día del Docente en España, les voy a contar un poco lo que fueron mis días de colegio. Nunca pierdan la memoria de lo que han vivido. Además, voy a dejar unas palabras de agradecimiento a mis maestros y profesores.
A día de hoy, aún recuerdo mi primer día de colegio. Recuerdo que mi madre me decía antes de salir de casa.
- Nena, ¿verdad que no vas a llorar?
Yo le contesté:
- No, mamá.
Después me pasé casi todo el día llorando y cuando mi madre vino a recogerme, la maestra le contó como había pasado yo el día.
Estaba asustada, pensaba que después de no cumplir lo que le dije en casa, me reñiría, cosa que no fue así. Me dijo:
- Verás como poco a poco te acostumbras. A mí me pasó lo mismo, yo tampoco quería que la abuela me dejase sola, pues no me gustaba mucho la escuela.
Ella también se sentía extraña, pues era mi primer día de colegio y sentía como que algo se le escapaba.
Al final me acostumbré. Aquí fue donde aprendí a colorear, el abecedario, a contar...
Cumplí 6 años y entré a la primaria. Otra vez igual, pues cambiaba de centro y estaba nerviosa por conocer a compañeros, maestros o como sería la clase. El tiempo se me hacía eterno, pero a los pocos minutos empezaron a sonar nuestros nombres por el altavoz. Pronto llegaron al mío, y una vez dicha toda la lista, cada grupo entró a clase con su correspondiente tutor/a. Una vez dentro, la maestra nos dijo las normas, donde estaba el perchero y demás y nos concedió a cada uno el sitio donde debíamos sentarnos durante el curso.
En este colegio aprendí a sumar, restar, multiplicar o dividir, pero por otra parte también fue en el que siempre me encontré sola, en el que la multitud me daba de lado, tal vez por mi timidez...
Pasaron los años, hasta que llegué al instituto, al que consideré mucho más que eso. Pues, entré muy cerrada, sin conocer apenas a nadie, pero mis profesores me ayudaron para que poco a poco me fuera acercando a la gente e hiciera amigos. La verdad, me ayudaron bastante.
Y ya por último, terminé mis cuatro años en el instituto y le tocaría el turno al bachillerato, escuela en la que también hice bastantes amistades y aunque cursos mucho más complicados, también aprendí.
No sé si cada escuela, colegio o instituto por los que he pasado, seguirán igual a como quedaron en mi recuerdo, pero lo que sí sé, es que en cada uno de ellos aprendí algo nuevo y el valor de la amistad o el que a veces no le queremos dar a nuestros maestros y profesores, pero la realidad, es que ellos nos educan y gracias a ellos a día de hoy somos las personas que somos.
Así que, quiero agradecer a mis compañeros, amigos y profesores que me ayudaron siempre, por el esfuerzo que han impuesto en mi enseñanza, pero especialmente a Antonia, mi profesora de inglés, porque fue una de las personas que más me ayudaron durante mi paso por el I.E.S. "Nazarí" y a Emilio, mi profesor de religión, por haberme ayudado tanto dentro como fuera de la escuela, por haberme dado consejo o ánimos en otros tantos momentos, y en definitiva, por todo. Mil gracias.
Y ya solo me queda decir que nunca sabré como agradecerles  a cada uno la ayuda que me prestaron y desearles muchas felicidades en este día.

lunes, 26 de noviembre de 2012

Así soy

Me siento con ganas de escribir, de volver a sentir y decir como soy de principio a fin. Sé que resulta complicado describirse a uno mismo, pero lo intentaré.
Me encanta soñar cuando todo es silencio, cuando la noche cae, cierro los ojos e imagino. Cada mañana me levanto pensando en las cosas que voy a vivir, en como será mi día, en los sueños que aún no he soñado, y en cuantos puedo llegar a cumplir.
Cuando escucho esa canción que me gusta, que me hace recordar, que me emociona, voy viviendo cada minuto dentro de esa canción, de esos versos. Ese es mi camino, soñar, recordar, mirar, apreciar, seguir, luchar...
Cuando estoy triste me cuesta ver más allá de mi tristeza, y cuando se me acercan intento que no se me note, intento aparentar que estoy feliz, alegre, para que los que se encuentren en ese momento más tristes, comprendan que la tristeza es pasajera, que como viene, se va y dejará paso a la más tierna sonrisa, porque nada vale más que una sonrisa. Aunque, quién de verdad me conoce, sabe que soy luchadora hasta el final e insistente y persistente por las cosas que quiero o creo.
Por otra parte, me considero amiga de mis amigos y dispuesta a ayudar siempre que pueda. Creo que la mejor manera de demostrar a alguien que le importas, es ayudando en todo lo que se pueda y no dejando a la persona a la primera de cambio.
Me gusta agradecer las cosas, aunque sea bastante tímida, pero es porque me cuesta expresarme a los demás, no puedo expresar lo que pienso y siento con palabras, por eso escribo.
Me gusta ser como soy, respetuosa, callada, yo misma, sintiendo y expresando sentimientos...

viernes, 23 de noviembre de 2012

Reflexión

A veces la gente, se deja llevar por otras personas haciendo lo que los demás quieren que hagan, sin detenerse a pensar por un instante que es lo que realmente quieren hacer, que es lo que quieren cumplir o adonde quieren llegar. No vivamos por los demás, vivamos por nosotros mismos. No soñemos la vida que no hemos vivido, vivamos la vida que hemos soñado. No permitamos que nada ni nadie trastoque nuestros planes y así, con constancia, esfuerzo y dedicación, lograremos alcanzar nuestras propias metas y conseguiremos todo aquello que nos propongamos en la vida, porque el tiempo pasa y solo queda la historia que cada uno escribe. Vivamos el presente y construyamos nuestro futuro.

sábado, 17 de noviembre de 2012

Un sueño

No me tengo por poeta ni escritora de buen calibre, como tampoco escribo por vocación. Pues únicamente escribo con corazón.
No sé la hora que sería exactamente, pero era de madrugada. Me desperté porque había estado soñando. Cogí lápiz y papel con la intención de que no se me olvidase nada de aquel sueño, fui ordenándolo mentalmente y ahora me dirijo a plasmarlo en este blog, mi blog.
Estaba en una montaña que jamás había visitado, sin nada y sin nadie. Era raro, pues por mucho que caminara y caminara, no sentía sensación de sed ni cansancio. Eso me tranquilizaba bastante, pues se pasaba el tiempo y ni cuenta yo me daba. ¡Como dormida en una gigantesca nube yo estaba! En ese momento dejé de soñar, pero seguí viviendo todo mi sueño como si no tuviese un final y de una realidad se tratase. Aún parecía que en mí permanecía.

viernes, 9 de noviembre de 2012

Olvido

Este poema va dedicado a esa mujer que siempre fue tan luchadora a la vez que coqueta, pero que con el paso del tiempo dejó de recordar el presente y vuelve a su niñez e historias pasadas a cada paso que da; es como un " castillito de arena" al cuál un niño hace un molde con un cubo y le sale muy bien, pero después llega una ola y lo destroza, se lo lleva todo.


Siento que no seas la de antes,
que tus días a veces sean tristes,
o que algunas veces tengas miedo
por no saber adonde ir.
Me duele que poco a poco dejes de ser quién fuiste,
que olvides lo que un día aprendiste.
Luchamos cada día por tí, por nosotros,
no nos deja vivir la impotencia que sentimos de no admitir que poco a poco te vas "apagando".
Luchamos porque comas, porque lleves el pelo como siempre te gustó.
Luchamos porque no dejes de ser tú misma.
Gracias por sacarme de paseo, por haberme llevado al cole y recogerme después.
Perdónanos si olvidamos que tú olvidaste cuando es nuestro día,
si a veces pedimos que nos llames por nuestro nombre.
Nosotros siempre recordaremos historias que nos contabas.
Nos sentiremos siempre orgullosos por lo que fuiste, por lo que eres
y de llevar tu sangre.

¿Quién dice cuando se acaba lo viejo y empieza lo nuevo?

No es un día del calendario, un cumpleaños... Siempre comenzaremos etapas nuevas, estamos en pleno desarrollo ante la sociedad y ante nosotros mismos. Necesitamos seguir progresando, con la ayuda de tantas personas, de nuestro propio empeño en conseguir algo, nuestro esfuerzo... Es verdad que alguna vez nos topamos con personas que no nos aportan nada. A ellas, hay que olvidarles.  Siempre hay que rodearse de gente que realmente valga la pena, que nos quieran ayudar de alguna manera... Yo, para lo que necesiten, aquí estoy.

sábado, 3 de noviembre de 2012

Examen final

Ella pasó toda la noche estudiando y recordando para su examen final de matemáticas. No había obtenido buenas notas en los exámenes parciales. Nunca había entendido bien eso del álgebra, de las ecuaciones... Siempre habían sido una pesadilla para ella, por mucho que estudiará las reglas de cada cosa no era lo suyo. Después de dos horas de sueño se levantó con pereza e invocaba al espíritu santo para que todo aquella vez le saliera bien y aprobar el examen, le rezaba a todos los santos. Sentada en el autobús, camino a la escuela, repasaba los problemas que sabía podían caer. Al llegar a clase, las mesas ya estaban separadas para evitar que se copiaran los compañeros. Se empezaron a repartir los exámenes y un folio. La chica, echa un primer vistazo y quiere llorar, de repente, ya no se acuerda de nada.
Después, intenta leer con más calma el examen. Se da cuenta de que puede hacer el problema número dos. Observaba a su alrededor, algunos compañeros concentrados, escribiendo y tecleando en la calculadora, y otros, con la mirada perdida, típica del que no sabe nada. Pero, ella sigue avanzando y en cuestión de media hora más o menos, ha hecho ya casi la mitad del examen. No es que comprendiera lo que hacía, pero memorizaba todo lo que podía.
Después de recordar los problemas que pudo, llega a otros más complejos. Revisa los problemas que le faltan, pero no los entiende. Aún así resuelve unos pocos problemas más, pero sin recordar el procedimiento que debía seguir.
Era una mañana soleada y un poco calurosa. Se podía observar por las ventanas la ausencia de nubes. Por un momento ella no sabe que hacer y se entretiene mirando una pareja de novios que están afuera, sentados en un banco. El profesor se pasea por la clase y mira su examen. Al verlo, nota que los últimos problemas no están bien resueltos, enarca las cejas, resopla y sigue su camino. Esto pone más nerviosa a la chica, que según ella debía de sacar una muy buena nota para aprobar.
Una alumna con minifalda y tacones altos se dirige hacia el profesor. Al pasar, deja en el aire su olor a perfume. Sus pasos resuenan en toda la clase. Los chicos no dejan de mirar a la coqueta, dejando en segundo lugar el examen. La muchacha tutea al profesor y le plantea sus dudas, pero lo que quiere es asegurarse de que todo el examen está correcto, por lo que el profesor le mira el examen. Cree estar segura de que aprobará, pero no está totalmente segura. Vuelve a dejar el olor a perfume mientras regresa a su mesa y el ritmo de sus tacones vuelve a resonar.
El tiempo corre y algunos alumnos entregan el examen ya. Los más aplicados lo han resuelto todo bastante bien. Otros se dan prisa en entregar el examen porque no saben nada más.
- Quince minutos para que acabe el examen- dice el profesor.
Algunos alumnos exclaman preocupados, tratando de resolver los problemas que le faltan. La chica del principio tiene dos problemas que no sabe como plantear y decide dejarlos en blanco. Revisa rápidamente los problemas que resolvió y piensa que ya es hora de entregar su examen.
- Diez minutos para terminar el examen, jóvenes- vuelve a anunciar el profesor.
Decide entregarlo, pero cuando se va a levantar escucha alzar la voz al profesor.
- ¿Qué es esto?- pregunta  a un alumno, al descubrir una hoja con los problemas resueltos.
El alumno se queda callado. Resignado, espera sentencia. El profesor le coge el examen, le pone un cero y le dice al alumno que se vaya. Todo el mundo que allí quedaba se queda mirándolo. El chico se dispone a coger su mochila, guardar su bolígrafo y calculadora, y marcharse de la clase sin protestar. Después de que el tramposo abandonara el aula, el profesor anuncia que quedan cinco minutos para terminar. Se escuchan expresiones de angustia y sorpresa.
La chica al fin se levanta y lo entrega. Al entregarlo, a pesar de no estar segura de que vaya a aprobar, siente un gran alivio. Coge su mochila y se va hacia la parada del autobús. No quiere esperar a ninguno de sus compañeros. Todo el mundo comenta cuáles eran las respuestas correctas y era frustrante escuchar que algunas no eran las que ella creía. Llega el autobús y sube a él. Éste tiene pocas personas dentro. Sentada en el autobús, observa lo tranquilo que se veía el instituto y resopla aliviada. Irá a casa a dormir, pero tenía que esperar semana y media más o menos para conocer su nota final de matemáticas. Piensa en lo feliz que sería si aprobase y en cómo disfrutaría de las vacaciones. Mientras el autobús comienza a avanzar, a la chica le vence el sueño poco a poco, y recostada en la ventana se queda dormida. Había sido un día algo complicado para ella y estaba bastante cansada.


martes, 16 de octubre de 2012

Andalucía

Andalucía es verde,
Andalucía es blanca,
Andalucía es bonita
desde que te levantas.
Andalucía es azul,
Andalucía es marinera,
Andalucía para mí
es la primera.
Con sus colores blanco y verde me enamora al verte.
En Sevilla, la Semana Santa es una maravilla.
En Cádiz, el carnaval, cualquiera va a disfrutar.
En Jaén sus campos de olivos me recuerdan los olvidos.
En Almería, agua cristalina, piedras que se van.
En Granada, preciosa Alhambra, montañas bonitas, nieve blanca.
En Málaga, los pescaítos fritos son todo un mito.
En Huelva la Blanca Paloma alzada por los rocieros hasta las más altas estrellas.
En Córdoba, la mezquita árabe; todos los que van se enamoran.
¡Viva Andalucía!

Llegó el otoño

De los árboles caían la hojas. Los días se acortaban, como los paseos al atardecer, como las conversaciones cuando conocidos se encontraban.
El otoño era la estación del año que más le gustaba. La única en la que no sentía sola, sino acompañada más bien por la naturaleza. La vida se le hacía más pausada. Se sentía identificada con esta estación.
Para muchos triste, melancólica... el otoño era para ella la mejor época en la que compartir emociones, sentimientos, vivencias pasadas. Según ella al anochecer dedicaba mayor tiempo de oscuridad para derramar lágrimas de felicidad, o para compartir momentos.
Puede que para quién la observara desde la lejanía no existiese sentido a la sonrisa que casi siempre mostraba. Pero era sincera. Sonreía al recordar a esas personas a las que un día había amado y quería aún, esas que no se pueden olvidar. Quería su felicidad.
Poco a poco la noche caía y apenas quedaba nadie en la calle con quién hablar, por lo que apresuró sus pasos en dirección al albergue donde se estaba quedando y pronto se iría a dormir, a soñar con ellos, a pensar en quienes más quería.
Mañana sería otro nuevo feliz día de otoño.

lunes, 15 de octubre de 2012

Buscando

La nula autoestima de la que disfrutaba no le era suficiente para quererse. Cada vez se abandonaba un poco más, se importaba un poco menos. Y al no sentirse especial, difícilmente podía serlo para alguien. Ciertamente, creía que nunca lo había sido.
Aún así, quería sonreír, pero no encontraba motivos. Quería sonreír sin motivo, pero no lo conseguía. Quería sonreír aunque solo fuese para hacer sonreír, pero algo se lo impedía. Quería aprender a apreciar las sonrisas de aquellas personas a las que apreciaba, pero tampoco lo lograba.
Aunque, más que sonreír, lo que quería era querer. Era poder querer. Era sentir que sentía. Y vivir cada día compartiendo una sonrisa, sin prisa por encontrar lo que no tenía, pues tendría todo lo que quisiera, todo lo que necesitara, una persona a quién amaría.
Eso era lo que más deseaba, eso era lo que no tenía, de lo que carecía. Pero no desistiría en su deseo, algún día lo lograría, o al menos lo intentaría, pues seguro, lucharía. No dejaría pasar de largo sonrisas, palabras, o miradas dirigidas a ella. Las devolvería, intentando ser mejor cada día. Pues más que ser feliz, lo que deseaba, lo que tanto anhelaba era hacer feliz a los que le querían. Pues haciéndolos a ellos felices, ella también lo sería.
Siguió su camino, con paso lento, pero a la vez, firme y decidida.

Princesa ilusionada

Érase una vez
una princesa desdichada
que con su príncipe soñaba
y nunca él aparecía.
Sus mañanas eran largas
y en las noches no dormía.
Su almohada llenada estaba
de lágrimas entristecidas.
¡Pobre niña ilusionada!
No encontraba la alegría
y con cuentos de princesas
desde niña la dormían.

La pluma

Llovía con fuerza. ¿ Oyes las gotas caer como yo? - preguntaba al hermano.
Ella respondió: - Claro, nunca podría olvidarlo.
Había comenzado a hacer ruido con los dedos sobre el cristal de una botella. Tac, tac.
Luego, cuando empezó a llover a cántaros, ese sonido melódico perdió su original belleza para simular a un joven que arrojaba cubos de agua sobre la ventana.
La tormenta había crecido.
No pudo evitar hacer una comparación en voz alta.
Decía: - El viento es como una madre con aire maternal. La lluvia hace de las suyas, y el viento, le silba, furioso, exigiéndole que pare.
La joven, que se paseaba por la habitación, le echó una mirada de reproche. Realmente no le interesaba lo que él tuviera que decir y era obvio que acababa de interrumpir el hilo de sus pensamientos. Sin embargo, reaccionó como si nada hubiera pasado y cambió su comparación.
La vista de él se perdió en el gris paisaje que a duras penas podía ver a través del cristal.
Pensaba: - Que escandalosa es la lluvia, busca sacarnos de quicio.
A esto la joven murmuró: - Tú buscas sacarme de quicio, no ella.
Él frunció el entrecejo y la ignoró.
Él cerró los ojos, como si estuviera recordando algo que le causaba mucha felicidad. Lo cierto es que ahora la tormenta le tenía sin cuidado; de hecho, le resultaba relajante. No le gustaba estar aburrido, quería distraerse, por lo que se fue de viaje, cogió pluma y papel y empezó a escribir vivencias.


domingo, 14 de octubre de 2012

Historia de príncipes y princesas

Fue un día de verano, cuando él llegó a su casa montado en una Ducati roja, con una chaqueta de cuero y un casco de sobra.  Hizo sonar la bocina dos veces, esperó que ella se asomara por una ventana que daba al jardín, apagó el motor para esperarla al tiempo que se sacaba el casco y parpadeando varias veces las luces para acostumbrarse a la peculiar oscuridad de una noche de luna llena. Allí estaba él, en aquel hermoso jardín, al lado del estanque y con un bonito ramo de flores que escondía bajo su chaqueta negra. Ella sintió que era su príncipe, echó un vistazo a su reflejo en el espejo del pasillo y sonrió emocionada, respondiendo rápidamente a las preguntas que le lanzaba su madre desde la cocina, tranquilizando a la vez a su padre que la observaba con temor desde el umbral de la sala de estar. Le dijo que iba a estar bien y que podía depositar su confianza en el chico que la esperaba afuera en la moto y que ella volvería con él, que se amaban... Él también sintió que era su princesa, que estaba enamorada, que no se separarían nunca pasara lo que pasara, a la vez que se preguntaba para sus adentros que pensarían los padres de ella, pues la impresión general al verlo en la moto era de espanto e indignación y luego de negación porque querían cancelarle aquella salida. Ella se preguntó exactamente lo mismo mientras se despedía cerrando la puerta. 

-Hola, princesa -sonrió, dándole un corto beso en los labios.
-Me encanta que me digas princesa. -Se subió a la Ducati y abrazó la cintura del muchacho, como de costumbre.
-Lo sé.
-¿Puedo decirte príncipe? 
Él ladeó la cabeza para mirarla mientras se disponía a arrancar el motor del vehículo y rápidamente le sonrió y le asintió. A ella le pareció, de pronto, que aquel extraño que hacía poco que acababa de conocer era el príncipe más maravilloso del reino.


Tan solo un minuto

Un minuto sirve para sonreír... sonreír para otro, para nosotros y para la vida. Un minuto sirve para ver el camino, sentir un césped mojado, percibir la transparencia del agua, para escuchar el canto de los pájaros. Un minuto sirve para sentir la derrota, la tristeza, la alegría de una victoria... Un minuto sirve para tantas cosas... En un minuto se puede buscar, compartir, esperar, creer, vencer, ser... Sólo un minuto para entender que la eternidad está hecha de minutos... y ¿cuántas veces dejamos pasar minutos, momentos...? Pero también hay otras tantas veces en las que traemos a nuestras vidas momentos llenos de felicidad, de alegría... Un minuto, parece nada, pero se puede hacer tanto... Lo importante es no dejar pasar el tiempo, los instantes, esos minutos... Nuestro tiempo es ahora, nuestro futuro incierto y es por esto que hay que vivir cada minuto.

Esfuerzo

El esfuerzo nos conduce a la brillantez, al arte...

martes, 9 de octubre de 2012

Dime

He tropezado con piedras más veces de las normales,
he soñado despierta con más vidas que las actuales,
he creído en ángeles, hadas y seres sobrenaturales,
he llorado por quién no lo merecía
y he reído con falsas amistades,
he creído en mentiras por no escuchar sus verdades.
Creí en máscaras sin ver sus realidades,
creí en lo eterno sin ver lo lamentable.
Me vi en aprietos y días desiertos,
me vi a mí misma muchas veces al espejo
en una guerra entre lo que quiero y lo que veo,
me vi en locuras y sentimientos opuestos,
me vi sola y a la vez acompañada de cientos.
Perdí contra el miedo,
contra los fracasos,
perdí la esperanza, ya sin valor
y a veces, caí de rodillas sin saber que hacer,
y me levanté, como mil y una vez lo haré.
Solo esperaba tener
un antiguo cuento de hadas,
un reino de soles y esperanzas,
un manantial reflejado en la risa,
ellos eran mis sueños incumplidos.
Mira mis ojos y dime que ves,
serán sueños o fantasías de un ayer.


Cierra los ojos

Desde siempre pudo ver
lo que guardan los demás
detrás de su mirar
y harta de saber
usó su magia para desaparecer.
Nunca la encontraron
porque nunca lo que ella más quería abandonó
hasta que alguien la convenció.
Quisiera ver que te hace sonreír,
pero tu futuro se ve negro
y no te quiero ver sufrir.
Tanto inocencia no es algo nuevo,
yo cuidaré de tí,
teniéndote aquí.

lunes, 8 de octubre de 2012

Tu recuerdo

Más que un adiós...
es la continua tristeza de mis ojos,
lágrimas que no cesan,
mente que te recuerda,
lágrimas que recorren las mejillas,
que te echan de menos a cada minuto,
a cada instante que pasa.
Es despertar cada mañana
y saber que no estás,
es intentar dormir y no poder,
es saber que no vendrás,
es tu ausencia,
pero sé que desde el cielo nos protegerás.
Es quedarme callada ante el dolor,
teniendo de alguna manera esos recuerdos contigo,
esos que juntas pasamos
y que aún siguen y seguirán intactos...
recuerdos que nunca se borrarán,
es esperar ese día en que te vuelva a ver,
a tí, a esa mujer tan especial.
Más que un adiós,
es tener en mi mente tu recuerdo,
mujer alegre, luchadora...
Más que todo,
es saber que Dios allá,
en el cielo contigo está y te ilumina,
te protege,
es tener fe en la espera,
y algún día encontrarnos,
volver a estar contigo una vez más
y poder expresarte lo que en estos momentos siento,
volver a besarte como antes,
como siempre.
Esto se convertirá en la forma de acercarnos
y por fin, tenernos otra vez frente a frente.

sábado, 6 de octubre de 2012

El cielo existe

El cielo existe, es un estado personal. No lo busquéis en los mapas, no lo encontraréis.
En el cielo no existe el tiempo, en el cielo el tiempo es eternidad, ese tiempo es un tiempo no perdido, es un tiempo vivido. Es un estado donde reina la armonía, la paz, la ilusión, la esperanza, donde los sueños se hacen realidad. Yo creo que es un estado donde todos hemos estado, pero al mismo tiempo, pocos lo recuerdan.
La mujer que en su vientre lleva una vida, cierra los ojos y siente en su interior a ese ser creciendo.
La caricia dada al hijo en la mejilla antes de dormirse, deseándole felices sueños.
El paseo por el camino mojado por la lluvia, bajo un paraguas, sintiendo cada gota caer.
El cielo sí existe...
Hemos robado alguna vez al tiempo de nuestros quehaceres un momento de eternidad. Es el que a través de nuestra vida nos ha mostrado su esplendor.
El cielo existe, solo desea y quiere que entremos en él. Cuando queramos entrar o salir, sus puertas permanecerán abiertas.

Intenta

Sólo tú... puedes hacer tus sueños realidad; sin quedarse sentado sin hacer nada. Tan solo hay que intentar, luchar, querer, perseguir aquello que queremos y lo más importante, sin rendirse, sin dar marcha atrás, sin pensar en el pasado. La vida está llena de oportunidades que a veces dejamos escapar por no hacer un pequeño esfuerzo y aprovechar cada oportunidad que la vida nos brinde, nos dé, puede ser la clave para conseguir nuestros propósitos, nuestras metas...

jueves, 4 de octubre de 2012

No dejes de soñar

Vuela. Vuela con el primer rayo de sol, vuela, no dejes de soñar. Vuela si tienes prisa por llegar, si lo que quieres es seguir. Vuela al respirar hondo con los ojos cerrados, imagina donde quieres estar, haz de los pequeños momentos algo inolvidable. Vuela al soñar despierta, al escuchar esa canción que te emociona, que te hace recordar. Vuela al sentirte libre, segura de los pasos que das. Vuela, saca lo que llevas dentro, lo mejor de tí, todo lo que puedas dar. Seguro que algo bueno recibirás. Vuela...

La vida

La vida es un camino que debemos seguir siempre hacia adelante, sin mirar atrás, sin pensar en el ayer... La vida es eso... alegría de vivir, pero también existen los problemas y debemos afrontarlos con valor... cada vez que tropecemos, se toma aliento y se sigue adelante, de las caídas también se aprende, pero eso depende de cada uno, de como quiera que sea su vida, de como quiere ver el mundo. Hay que ser fuerte para soportar todas las pruebas que nos ponga la vida, pues ésta también tiene y nos da tantos momentos de alegría, de felicidad... Al fin y al cabo, si hemos sido conscientes de nuestros actos y hemos ayudado, seguro que la vida tarde o temprano nos lo reconocerá.

martes, 2 de octubre de 2012

A una gran amiga

Hoy... no sé, pero pensé en tí y me decidí escribirte algo. Tú fuiste quién en muchos momentos me hiciste creer en aquello que creía perdido y que yo aún sigo luchando por conseguirlo y me diste el derecho a una amistad como la tuya. Hemos llorado y reído juntas. Hemos suspirado de alegría otros tantos momentos. Tus palabras han sido las que me han consolado cuando yo me creí sola. Ahora sé que no lo estoy. Me enseñaste que las lágrimas de vez en cuando son buenas y que con ellas aprendemos a purificar el alma y que con FE todo se puede lograr.
Demostramos que una verdadera amistad no necesariamente conlleva muchos años de conocerse, pero sí que ésta debe ser para toda la vida. Me enseñaste a quererte y a conocerte un poquito más.
Yo quería decirte que no importa que ahora estemos un poco más lejos, pues cada uno se marca su camino y tiene que seguir adelante con sus proyectos. Además, estoy segura que nuestra amistad puede pasar por encima de todo y desafía la distancia. Ni siquiera necesitamos decir una palabra para saber cuando tú o yo estamos mal y es nuestro corazón el que por nosotras habla. Eres increíble y por eso hoy y siempre, te podré decir, que conmigo SIEMPRE podrás contar, que tienes una amiga para lo que necesites. Solo recuerda el no dudar, que eres GRANDE como amiga, persona...
                                                                                                            Para tí: M.O.G.

A tí, Raúl

Cuanto tiempo ha pasado, hermanito. Sé que nunca podrás leer esto, pero al menos a mí me sirve para expresar mis sentimientos y cuanto te quiero.
Sabes que yo siempre voy a estar para tí cada vez que lo necesites y no me lo tendrás que pedir con esa mirada dulce que sin poder verme tanto me dice. Siempre voy a estar para protegerte, por muy lejos que vaya, ahí estaré para defenderte hasta de lo indefendible, estaré para arroparte cuando tengas frío.
Sé que cuando naciste a todos se nos vino el mundo encima, como se suele decir, pero tú eres y serás la luz que nos ilumina tanto a la familia como a los que te conocen, tú eres el que siempre intenta sacarme una sonrisa aunque esté de malas y sabes cuando yo me siento mal. Hermanito, te quiero. Tú eres la alegría de todos nuestros días y nuestra felicidad.
¿Recuerdas tantos momentos que vivimos contigo el hermano y yo? Que momentos aquellos... cuando jugábamos contigo a tirarte la pelota y tú hacías el gran esfuerzo de alcanzar sin poder a darle, aquellas tardes en las que te hacíamos rabiar... ¿Y recuerdas aquellos domingos cuando ibamos al cortijo del abuelo? Yo recuerdo que llegaba la hora de volver a casa y tú no querías regresar o cuando en aquellos viajes que hemos hecho de vez en cuando con papá y mamá, llegábamos a nuestro destino y tú querías seguir el viaje por muy pesado que hubiese sido.
Hermanito... tú siempre serás eso... mi hermano menor, mi mejor amigo. No existen otras palabras para describirte. Sé que han pasado ya ocho años, pero seguirás siendo nuestro bebé. Todos estamos muy orgullosos de tí, y yo, orgullosa de que Dios me haya dado la bendición de poder ser tu hermana.
Podrás contar conmigo toda la vida, aunque estemos ancianitos...yo daría todo por ayudarte.