jueves, 21 de septiembre de 2023

Por y para ti, abuela

Hace años que ya no recuerdas nuestros nombres, que ya no arrullas a los pequeños... Una vez más, la enfermedad entró casi de puntillas, casi sin darnos cuenta... ¿pero sabes qué?

Pienso que aunque tu memoria esté dormida, nosotros sí sabemos quién tú fuiste. Nosotros no hemos olvidado y yo puedo leértelo aunque tan solo sea a través de este escrito, aunque no comprendas qué trato de decirte... 

Eras esa mujer todoterreno. La que no paraba. La que se preocupaba porque no te quedara ni una migaja de pan y había primer plato, segundo plato y algo de postre solo para ti. Para la que nunca habíamos terminado de comer y hasta que no viera todo rebañado no te podías levantar de la mesa. La misma que no tuvo oportunidad de ir al colegio pero decías que no te quedarías con esa espinita y te apuntaste a la escuela de adultos. La que tenía la misma emoción que un niño en su primer día de colegio. La que cuando no entendía algo, venía hasta mí y me decía aquello de "Nena, ¿cómo se hacen estas cuentas? No me acuerdo". Siempre supe qué quería ser de mayor y sobre todo, que estaría ahí para tí. Para todos. Como tú hiciste. La que luego se apuntó a pintura, nos pintabas tejas y nos preguntabas a todos, ¿te gusta? 

Te respondíamos:

"Eres una artista" y sonreías.

La que también estuvo en baile y se pasaba el día bailando y cantando. La primera que se levantaba y la última que se acostaba. La enamorada de sus macetas. Apasionada de las plantas...

El Alzheimer se llevó muchas cosas, pero ahí sigues luchando y ojalá por mucho, mucho tiempo.

No es fácil pero prefiero quedarme con lo positivo y es que el corazón nunca olvida aunque los recuerdos estén perdidos, por eso te seguiré recordando las sonrisas que bordaste, el amor que desprendiste... 

Siempre.


Cristi Alabarce