martes, 2 de octubre de 2012

A tí, Raúl

Cuanto tiempo ha pasado, hermanito. Sé que nunca podrás leer esto, pero al menos a mí me sirve para expresar mis sentimientos y cuanto te quiero.
Sabes que yo siempre voy a estar para tí cada vez que lo necesites y no me lo tendrás que pedir con esa mirada dulce que sin poder verme tanto me dice. Siempre voy a estar para protegerte, por muy lejos que vaya, ahí estaré para defenderte hasta de lo indefendible, estaré para arroparte cuando tengas frío.
Sé que cuando naciste a todos se nos vino el mundo encima, como se suele decir, pero tú eres y serás la luz que nos ilumina tanto a la familia como a los que te conocen, tú eres el que siempre intenta sacarme una sonrisa aunque esté de malas y sabes cuando yo me siento mal. Hermanito, te quiero. Tú eres la alegría de todos nuestros días y nuestra felicidad.
¿Recuerdas tantos momentos que vivimos contigo el hermano y yo? Que momentos aquellos... cuando jugábamos contigo a tirarte la pelota y tú hacías el gran esfuerzo de alcanzar sin poder a darle, aquellas tardes en las que te hacíamos rabiar... ¿Y recuerdas aquellos domingos cuando ibamos al cortijo del abuelo? Yo recuerdo que llegaba la hora de volver a casa y tú no querías regresar o cuando en aquellos viajes que hemos hecho de vez en cuando con papá y mamá, llegábamos a nuestro destino y tú querías seguir el viaje por muy pesado que hubiese sido.
Hermanito... tú siempre serás eso... mi hermano menor, mi mejor amigo. No existen otras palabras para describirte. Sé que han pasado ya ocho años, pero seguirás siendo nuestro bebé. Todos estamos muy orgullosos de tí, y yo, orgullosa de que Dios me haya dado la bendición de poder ser tu hermana.
Podrás contar conmigo toda la vida, aunque estemos ancianitos...yo daría todo por ayudarte.

No hay comentarios:

Publicar un comentario