Siento tu rabia, sin medida, sin límite, sin un por qué y ahí estabas tú. ¿Por qué tanto odio? Maldita la hora, maldito tiempo que contigo perdí... Cuando acabó todo no soportabas verme feliz, ni tan siquiera sonreír...
No toleras que ya no me lastimas tan profundamente, que incluso me provoques risa o que quién tanto tú decías querer, podría posar sus alas en mi corazón y ahí permanecer. Te evito pero me buscas, te huyo pero te veo. ¿Tienes una misión y formo parte del plan? ¡Maldito plan del diablo! Misión destructiva. Surcos de llorar aún me queman la cara como hoguera en la noche de San Juan. ¿No abandonarás tu plan jamás? Tienes sonrisa de plástico que oculta rabia. Mucha gente aún no conoce tu lado oscuro, pero todo llega...
Malditas las horas, minutos y segundos que contigo pasé y confié. Sinvivir de días, tardes en casa y lágrimas caen, ya no por tí, ya no por mí, por esas personas que decías eran todo para tí. ¿Me quieres destruir? Todo llega... y el mal te llegará duplicado y te lamentarás. Ya no estaré para falsas palabras escuchar de tu boca. Palabras envenenadas.
Angustia, persecución, palabras sucias, hirientes. Ya nada soy para ti, ¡dejáme vivir!
Caja negra podrida de odio y rencor. Cada día pensando por donde su veneno salir.
Tarde o temprano intentaré ver luz y arrancaré tu demonio de mí para que no me persiga jamás.
Nunca más...
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