Aunque la vida sea un continúo ir y venir, vivamos con prisas o vayamos de acá para allá, debemos darnos cuenta que tod@s tenemos un propósito en esta vida. Que a lo mejor, todos no servimos para lo mismo, pero que siempre tendremos cualidades que otras personas quisieran tener y no tienen. Si nos dejamos guiar por el Amor de Dios, descubriremos tantas cosas... Se puede ser feliz con tan poco..., pero casi nunca, estamos conformes, siempre aspiramos a más a veces hasta para impresionar a personas que ni nos miran ni se preocupan; personas a las que no les importamos. Ese es el problema... ¿no sería mejor fijarnos en aquell@s que poco o nada tienen y aún así son felices con aquello que siempre son regalos de Dios como contemplar un amanecer, oler una flor ... o en esas niñ@s que no tienen familia y son capaces de sobrevivir ante cualquier tempestad o adversidad que se les venga encima hasta que 'consiguen' una familia que les quiera y les dé todo lo esencial para la vida y todo de lo que hayan estado privados durante algún tiempo o quizá años?
Por eso, nosotr@s debemos dejar ir el pasado, porque es simplemente eso; tiempo pasado que no volverá y que nos enseña a no tropezar en los posibles errores que quizá hayamos cometido. Mejor es no pensar en lo que ya no podemos cambiar. Sino, al contrario, pisar fuerte este presente que vivimos sin pensar en aquello que pasó o en lo que aún no ha pasado. ¡Para qué atormentarnos por un pasado que es pasado o por un futuro que no sabemos realmente que nos depare! Pues, siempre es mejor soñar con un futuro hermoso, dando gracias a Dios por todo lo que nos da y sabiendo apreciar lo que tenemos y a quiénes tenemos.
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