De alguna manera, el juego es el lenguaje de los niños. Es ahí, donde pueden expresar sentimientos, emociones, temores..., enriquece su imaginación y creatividad, estimulan sentidos, se divierten, facilita el desarrollo de habilidades físicas como correr..., al habla y lenguaje como balbucear. Con el juego cooperan y en un futuro serán capaces de seguir reglas y esperar turnos.
No debemos olvidar que el juego no es solo un pasatiempo, sino que le estaremos aportando a nuestros niños un mundo nuevo lleno de experiencias y saberes.
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