domingo, 13 de octubre de 2019

Agradecimiento eterno

Al principio, en el parvulario era mi madre la que siempre de la mano me llevaba a la escuela. Yo comenzaba con pucheros pero pronto, todo pasaba y al final se me hacía poco tiempo de disfrute jugando con mis amiguitos.
Mi comienzo en el cole fue un poco díficil y duro, pues siempre me recuerdo sentada en la escalera hasta que al fin pasaron esos 7 años que pasé allí.
Después, el instituto. Fueron mis 4 mejores años.
Antonia, fue mi profe de inglés en el curso 2006/2007 en aquel primer año de instituto. En 2°, sería Fernando y en 3° y 4° (cursos 2008/2009 y 2009/2010), María Victoria.
Para comenzar, quiero agradecer a tod@s esos docentes que marcaron mi vida. Fui tremendamente afortunada porque tuve esos docentes que cualquiera desearía tener. Mencionaría a unos cuant@s porque de tod@s aprendí, pero me quedo con dos: Antonia y María Victoria.
¿Por qué? Porque a veces es inevitable que las emociones afloren y recordar.
Pues, me permitieron y me ayudaron a que me interesara por un idioma diferente eliminando poco a poco los miedos y barreras que much@s tenemos frente a lo desconocido. Y sus clases... se me hacían tan amenas. Profes que dejan huella para la eternidad. Siempre con una sonrisa, contagiando alegría, tenían y tienen paciencia infinita, amor y pasión por su trabajo. Además, convertían cada clase en una aventura con su forma de enseñar, su empeño porque diésemos lo mejor de nosotros mism@s y nos proponían diversas actividades para hacernos también a los alumn@s partícipes en el desarrollo de las clases lo cual nos motivaba.
Fue gracias a ellas, a todos esos valores que me transmitieron y lo que me enseñaron, no solo gracias a mi esfuerzo y constancia que pude lograr obtener el B1 de Inglés porque siempre en todo momento estuvieron. Fueron ellas que me ayudaron a alcanzar objetivos, a luchar por ellos, a seguir avanzando, me despertaron la ilusión por aprender... Y otro de los aspectos que más recuerdo es su capacidad para educarnos y no sólo transmitirnos conocimientos. Su actitud, su vocación, su dedicación es un ejemplo de cuan GRANDES PROFES son, así con mayúsculas.
Para mi, decir Antonia o María Victoria es decir mucho más que un nombre, mucho más que grandes profes: es llenarse de buenos recuerdos y de agradecimiento eterno. Fueron quiénes más me enseñaron y de quiénes más pude aprender. Son ejemplos a seguir, docentes que llegan al corazón.

* Me gustaría que estas líneas sirvan para mostrar ese reconocimiento y buen hacer que han hecho, hacen y harán miles de docentes, porque si vienen a menudo a nuestra memoria, seguramente es porque han jugado un papel muy importante en nuestra vida. Docentes incomparables y siempre recordad@s.

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